El avión procedente de Nueva York transportaba a 230 personas entre
pasajeros y tripulantes. El tren de aterrizaje no salió y tuvo que
deslizarse por la pista.
El piloto, Tadeusz Wrona, que evitó un desastre aéreo ha sido felicitado por el presidente Lech Kaczynski.
El avión frenó poco a poco con su cuerpo sobre la pista que había sido
cubierta con espuma retardante antiincendio, con algunas chispas
visibles a su alrededor.
Los bomberos rociaron el avión con agua y espuma como medida de precaución.
Fallaron los sistemas hidráulicos de los trenes de aterrizaje y de los alerones.