Santiago, República Dominicana.-Miembros del programa Sistema Único de Beneficiarios
(SIUBEN) trataron de impedir a como diera lugar que un envejeciente a
quien le prometieron ayuda gubernamental denunciara que se ha quedado esperando
el cumplimiento de las promesas, sin tener siquiera para comer.
“La crisis ha dejado sin trabajo a mis
hijos, y una de las cosas que ayudaba a mi familia era la ayuda, cuando llegaba
el alimento, que lo compartía con mis hijos”, dijo el anciano.
“Estoy batallando con mis hijos,
porque estoy enfermo, y de repente en mayo me suspendieron el servicio”,
refirió el envejeciente Enemeterio Tejada Gómez.
El ciudadano aprovechó la presencia del
vicepresidente de la República, Rafael Alburquerque, para denunciar que aunque
fue inscrito en una lista de supuestos beneficiarios de la tarjeta Solidaridad,
desde mayo no ha recibido la ayuda, y su situación ha empeorado.
De inmediato el maestro de ceremonia del acto y varios
empleados gubernamentales intentaron hacer callar al anciano, quien había
pedido esperado su turno para hablar.
Se había convocado a dirigentes
comunitarios a la sede de la Gobernación de Santiago para explicarles sobre el
Segundo Estudio Socio-económico, pero el empobrecido ciudadano, desesperado por
su situación, aprovechó el turno de las preguntas para reclamar al
vicemandatario que no le llegaba la ayuda y que su situación había
empeorado porque no tiene ni para comer una sola vez al día.
Mientras el anciano hablaba, el moderador
de los turnos insistía en llamar su atención para que se callara,
pero Tejada Gómez defendió su derecho a expresarse y se negó a
soltar el micrófono hasta no exponer sus quejas.
El moderador insistió e interrumpía de
manera insistente, afirmando que “agradecía” al ciudadano por su participación,
pero el anciano no desistió nunca, ante la mirada fija del vicepresidente
Alburquerque, el gobernador provincial Raúl Martínez y
los invitados reunidos en el salón.
La insistencia de Tejada Gómez,
residente en el barrio Villa Liberación-La Otra Banda, provocó que uno de los
empleados del programa lo halara por un brazo y le hiciera fuerza para
obligarlo a sentarse, pero se mantuvo firme.
El empleado, un hombre joven, evidentemente
más fuerte que el anciano, insistía con Tejada Gómez advirtiéndole que debía
callarse, sentarse o salir.
Tras la exposición de sus reclamos y
denuncias, el ciudadano envejeciente fue llamado por funcionarios que
acompañaban al vice mandatario, quienes tomaron su tarjeta con la promesa de
“revisar” su caso.
La acción de Tejada Gómez, quien dijo es
cristiano evangélico, motivó que otros presentes que debían
beneficiarse de la dádiva estatal, se atrevieran a revelar quejas similares.
Fuente Acento.com.do