El viceprimer ministro sirio, Qadri Jamil, abre la puerta a la
posible dimisión de Bachar al Asad, siempre y cuando se encuentre un
mecanismo para iniciar el diálogo. Las condiciones ineludibles:
renunciar a la violencia y a la influencia exterior. “Una intervención
militar directa en Siria es imposible, pero sobre la mesa de
negociaciones todo es posible. Podemos negociar todos los puntos que
quieran tratar las partes, incluso la dimisión.”
Lo ha dicho tras una reunión en Moscú con el ministro de asuntos
exteriores ruso, Serguéi Lavrov. Rechaza así una intervención
extranjera, porque llevaría a un conflicto más allá de las fronteras del
país, ha dicho.
Es la respuesta a la amenaza del presidente estadounidense Barack
Obama, que anunció acciones militares en siria si el régimen utilizaba
armas químicas.
Por su parte, Lavrov, rechazó también cualquier intervención militar, asegurando que China comparte esta postura.
Mientras, en París el Consejo Nacional Sirio estudia la formación de
un Gobierno de transición. Sin prisa pero sin pausa, en el interior del
país y no en el exilio, según ha declarado su presidente, Abdel Basset
Sayda, tras reunirse con el presidente francés Francois Hollande.